En BUSF, sabemos que la reconstrucción es fundamental para ayudar a las comunidades a recuperar su vida tras una catástrofe. A través de proyectos de rehabilitación de viviendas e infraestructuras clave, trabajamos para que las zonas afectadas no solo vuelvan a la normalidad, sino que estén mejor preparadas para el futuro.
Después de una catástrofe natural, como terremotos, huracanes, inundaciones o erupciones volcánicas, las comunidades enfrentan pérdidas devastadoras. Muchas familias pierden sus viviendas y pertenencias, quedando en una situación de extrema vulnerabilidad. Además, infraestructuras esenciales como hospitales, escuelas y carreteras quedan dañadas o destruidas, dificultando el acceso a servicios básicos y frenando la recuperación económica y social de la zona.
La fase de postemergencia, que sigue a la atención inmediata de rescate y ayuda humanitaria, es un periodo prolongado y crítico. En esta etapa, las comunidades requieren soluciones a largo plazo para reconstruir sus espacios vitales y restaurar las infraestructuras necesarias para retomar una vida normal. Sin este apoyo, las zonas afectadas quedan atrapadas en una espiral de precariedad que impide su recuperación y desarrollo.
Las familias que reciben una vivienda reconstruida y las personas que utilizan las infraestructuras rehabilitadas, como estudiantes en escuelas o pacientes en hospitales.
Toda la comunidad afectada, que se beneficia del restablecimiento de los servicios esenciales y de las mejoras introducidas en los procesos de reconstrucción, que pueden replicarse en futuras intervenciones a nivel institucional o comunitario.